Dietas equilibradas

Cuando hablamos de hacer una dieta siempre llamamos la necesidad de hacer una dieta sana y una dieta equilibrada a la vez.

Pero sobre todo debe tener en cuenta nuestras características personales como edad, sexo, altura, actividad física y otras condiciones como, por ejemplo, tener una patología.

Por eso no es exactamente igual preparar una dieta para hombres que para mujeres, o para seniors o adolescentes, y tampoco en el caso de las mujeres, es el mismo que esté en una etapa de menopausia o en uno de embarazo-postparto. A veces buscamos un objetivo más estético (hinchazón de piernas, retención de líquidos) o ayudar a un programa antiaging con una dieta antiedad. Y no hace falta decir que la alimentación de los deportistas debe estar muy bien dirigida.
Actualmente una dieta saludable se considera un elemento de la medicina preventiva, ya que forma parte de los hábitos saludables de vida.
Los ejes principales de unos hábitos saludables ponen especial hincapié en las recomendaciones de alimentación y de actividad física que presentan una elevada evidencia científica:

• Consumo diario de fruta fresca y verdura variada (5 piezas al día: 3 frutas y 2 verduras). Sólo un 11,7% de la población adulta come las 5 raciones de fruta y verdura diarias recomendadas.

• Promover un estilo de vida activo de como mínimo 30' para adultos y 60' para niños, al día. Actualmente aún hay más de un 30% de la población que no llega a los niveles de actividad física saludable.

• Consumo diario de lácteos, especialmente lácteos fermentados como el yogur. Algunos estudios muestran que el consumo de calcio es insuficiente en un 30% de la población.

• Hidratarse con agua.

En cualquier caso, una dieta debe aportar la proporción adecuada de macronutrientes (hidratos de carbono, proteínas y grasas), micronutrientes (vitaminas, minerales y antioxidantes) y en fibra y agua, sin caer tampoco en el exceso de cabeza de ellos.
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Los hombres tienen más masa muscular que las mujeres y por ello pierden peso más rápidamente aunque comer más.

Una alimentación correcta, variada y saludable mejora nuestra salud, la masa muscular y las funciones vitales, aumenta la energía y disminuyen los factores de riesgo asociados al sobrepeso y la obesidad

Un hombre activo que haga un tipo de ejercicio el equivalente a 4-5 km al día puede perder peso siguiendo un plan de comidas suficiente para mantener altos los niveles de energía y, a la vez, controlar la ansiedad para evitar el comer en exceso. Un plan de dieta que debe incluir una variedad suficiente de alimentos para asegurar que se cubren todas las necesidades físicas y nutricionales.
La nutrición es importante para todo el mundo pero hay que dedicar un apartado especial a la nutrición de la mujer.

Se deben tener en cuenta las necesidades nutricionales provocadas por los cambios hormonales, la menstruación, el embarazo, la menopausia, la nutrición en el deporte, la dificultad en perder peso y la facilidad en ganarlo.

La mujer ha pasado de trabajar básicamente en el ámbito doméstico a asumir y compaginar la vida familiar con la profesional.

La mujer moderna vive la vida muy intensamente, con falta de descanso y de dedicarse a sí misma. Cada vez con menos tiempo libre, pero, a la vez, también preocupada por su imagen.

Las mujeres viven unos cambios metabólicos intensos y la alimentación es una aliada para paliar los efectos más negativos y favorecer los positivos.
Cuando entramos en esta etapa de la vida del organismo presenta una serie de modificaciones como la pérdida de masa muscular, la disminución de la densidad ósea y la reducción de la movilidad de las articulaciones.

Esto supone que se tengan que adaptar las dietas a la nueva condición del organismo, modificando el tipo de alimentos para que estos resulten fáciles de digerir y los aporten los nutrientes necesarios, de acuerdo con las características fisiológicas, nivel de actividad y afecciones que sufran en cada caso.

También tiene consecuencias sobre la alimentación y obtención de los nutrientes necesarios para un correcto funcionamiento de las funciones metabólicas en general.

Por ejemplo, las secreciones del estómago disminuyen, lo que retrasa la digestión y reduce la absorción de vitaminas.
La herencia genética condiciona sólo en parte como nos hacemos mayores, el resto depende en una buena medida de nosotros. Comer bien no sólo cuida nuestro aspecto y salud física, sino la mental. No podemos detener el paso de los años, pero sí el efecto que causan en nuestro organismo.

El envejecimiento biológico está directamente relacionado con procesos de oxidación molecular producidos por los radicales libres, átomos o moléculas inestables altamente reactivos que atacan los enlaces de proteínas de los tejidos.

La adopción de una serie de hábitos de vida saludables (dieta, ejercicio, cuidados estéticos) que minimicen la producción de los radicales libres, además de la toma de complementos dietéticos y farmacológicos, pueden prevenir y mitigar la oxidación. En esto se basa la medicina "antiaging".

Un tratamiento antiaging puede contemplar análisis, test de los niveles hormonales, revisiones específicas, pero, sin duda, el punto fuerte de estos programas es la dieta, que puede proveernos de manera natural de todas las sustancias antioxidantes que nuestro organismo necesita para combatir los radicales libres.
En la adolescencia la alimentación tiene una importancia vital, ya que se incrementan las necesidades de nutrientes para hacer frente a los numerosos cambios físicos, sexuales y psicológicos que experimentan en esta etapa.

Es fundamental introducir los buenos hábitos alimenticios ya desde la infancia y explicarles qué deben comer y cuántas comidas deben realizar a lo largo del día.

Sin esta aportación de energía, se podrían originar alteraciones y trastornos de salud, que se pueden prevenir fácilmente con una alimentación sana, variada y equilibrada, acompañada de un poco de ejercicio físico.

Se trata de un período bastante complicado, debido a la rapidez con que se producen los cambios físicos, psicológicos y emocionales, por lo que hay que tener un especial cuidado desde el punto de vista nutricional para evitar los problemas como anorexia o bulimia derivados de una mala alimentación.
Las varices, la celulitis y la pesadez e hinchazón de las piernas son trastornos más o menos molestos, que aunque en la mayoría de los casos no son graves, afectan a la vida de quien los padece. Todos ellos están provocados por diversas causas pero tienen un denominador común: la mala circulación de la sangre.

Y la dieta juega un papel importante tanto en la prevención de estos trastornos como en el alivio de los dolorosos síntomas.

La mala circulación es un problema frecuente. Uno de los factores que causan la aparición de problemas circulatorios es la acumulación de lípidos en las paredes de los vasos sanguíneos, si bien los motivos por los que tiene lugar un trastorno circulatorio, pueden ser diversos.

Debemos atender de diferente manera cada uno de los problemas específicos vigilando los alimentos poco adecuados para la buena circulación de la sangre, el contenido de la sal en la dieta, tomar alimentos ricos en potasio, beber suficientes líquidos y ejercitar el movimiento de las piernas de manera habitual.
El cuerpo de una mujer atraviesa varios cambios para acomodar el embarazo del nuevo hijo.

Durante los primeros meses, su cuerpo produce una importante cantidad de hormonas que provoca efectos secundarios. Para no afectar su estado nutricional, se deben consumir alimentos ricos en nutrientes para el óptimo desarrollo del nuevo hijo.

En otros momentos del embarazo, cuando el feto todavía es pequeño, ciertos cambios causan que la madre almacene grasa y nutrientes. El desarrollo de estas reservas se lleva a cabo pronto para que estén disponibles para sustentar el rápido aumento de peso que pasará más tarde. Una consecuencia directa es que algunas mujeres sienten que "se están engordando" en vez de estar embarazadas. Generalmente estas reservas se localizan en los muslos, los pechos y el tronco del cuerpo.

Una dieta saludable en el embarazo debe caracterizarse por la variedad de alimentos y la adecuada toma de líquidos. No pueden faltar en esta etapa alimentos básicos como los lácteos, hortalizas pescado, huevos, carnes, legumbres, etc. que son los encargados de aportar los micronutrientes necesarios para la correcta evolución del feto y la perfecta salud de la madre sin que por ello acumule más peso del necesario. Si es conveniente se puede valorar la prescripción de vitaminas y minerales y otros micronutrientes como hierro, calcio y alimentos ricos en ácido fólico.
El cuerpo femenino en esta etapa de la vida experimenta una serie de trastornos orgánicos consecuencia directa de la falta de estrógenos (hormonas sexuales femeninas).

Entre otros síntomas lo más significativo y general se da por el aumento de peso en torno a los 3-6 kilos como mínimo.

Y dado que el aumento de peso se traduce en aumento de grasa y éste se distribuye principalmente en la región abdominal, esto supone un riesgo añadido de sufrir accidentes vasculares. También debe prestar atención a la descalcificación de los huesos. El deterioro óseo favorece el desarrollo y aparición de la osteoporosis.

Si no hay complicaciones o enfermedades asociadas durante este periodo, la alimentación deberá seguir los patrones de dieta equilibrada en función de aspectos individuales como la edad, el tamaño y la actividad física, entre otros. Se deberá vigilar especialmente en cuanto a dar prioridad a los vegetales, frutas, verduras, cuidar de la calidad y la cantidad de la grasa, cuidar la proporción adecuada de calcio y mantener una hidratación apropiada.

Es muy importante distribuir la alimentación total diaria en 4 o 5 comidas ligeras y practicar ejercicio.
Una buena alimentación no convertirá a un atleta mediocre en un campeón, pero unas malas pautas de nutrición y suplementación pueden convertir a un potencial campeón en un atleta mediocre
La nutrición deportiva es esencial no sólo en los atletas profesionales o de élite, si no en todas aquellas personas que practican deporte de manera habitual.

La complementación del ejercicio con la dieta nos permite evitar déficits nutricionales. Hay que tener en cuenta que los deportistas tienen aumentadas sus necesidades energéticas así como la de algunos micronutrientes como las vitaminas y minerales antioxidants.D'altra lado, una correcta planificación nutricional antes, durante y después del ejercicio es esencial para obtener el mejor rendimiento, minimizar la fatiga muscular, evitar la deshidratación y disminuir al máximo el riesgo de lesión.

Los programas nutricionales de CEMU son completamente personalizados ya que hay que tener en cuenta las características personales del deportista, su composición corporal, el tipo de ejercicio que realiza y los horarios de las comidas y los entrenamientos.

Para profundizar mejor en la capacidad de los deportistas, tenemos un Laboratorio de Fisiología donde se realizan estudios metabólicos y otras pruebas de esfuerzo.
Una dieta sana es una dieta que sea saludable, es decir que no dañe la salud del individuo que la sigue.
Una dieta equilibrada es aquella que nos aporta todos los nutrientes que necesitamos para el funcionamiento óptimo de nuestro organismo.