COVID-19 y síntomas persistentes

Está probado que hasta un 20% aproximadamente de las personas que han pasado la COVID-19 presentan síntomas persistentes durante bastantes meses posteriores a la enfermedad, cuando normalmente deberían desaparecer al cabo de 10-15 días.
Puede darse en pacientes de cualquier edad, incluidos jóvenes sanos o deportistas profesionales, e incluso aparecen a pesar de haber sufrido cuadros moderados o leves.

En CEMU hacemos un tratamiento empírico con ozono en sangre para dar energía a las células de forma indirecta y modular la respuesta del sistema inmunitario.
Por lo general prescribimos un ciclo de 4-6 sesiones y valoramos posteriormente si es necesario realizar algún mes.
También ponemos vitaminas como la B1, que ayuda mucho a la recuperación y regeneración de la neurona. Y dado que entendemos que los síntomas de la COVID-19 persistente tienen que ver con la alteración de la transmisión neuronal, creemos que esta vitamina puede ser una gran ayuda.
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