Radiofrecuencia

TRATAMIENTOS RADIOFRECUENCIA CORPORAL:
Efectiva contra la flacidez y la celulitis
Mejora el drenaje linfático
Eliminación de zonas con tejido adiposo localizadas

TRATAMIENTOS RADIOFRECUENCIA FACIAL:
Apariencia más joven y descansada
Reduce las bolsas y ojeras, obteniendo un efecto de luminosidad natural.
Atenúan las arrugas y líneas de expresión
Ayuda a la producción de colágeno y elastina
Se recupera el óvalo facial

La tecnología con radiofrecuencia no invasiva es un tratamiento para el remodelado facial y corporal. Esta tecnología está basada en la aplicación de ondas electromagnéticas que provocan un calentamiento profundo y controlado. Se aplica una cantidad controlada de energía de radiofrecuencia y la piel se calienta uniformemente. Esta acción actúa tensando las estructuras profundas de la piel. Con el tiempo se produce nuevo colágeno, obteniendo una piel de aspecto más firme, suave y joven.
Se ha probado clínicamente que la tecnología con radiofrecuencia consigue el efecto de tensar la piel en cara, brazos, abdomen, glúteos y piernas.
El tratamiento es rápido, fácil y permite continuar con sus actividades cotidianas. Además el tratamiento puede realizarse en personas de todo tipo de piel.

Se puede notar un ligero enrojecimiento que desaparecerá en unas horas.

La mayoría de los pacientes obtienen resultados inmediatamente después de la primera sesión. Sin embargo, en algunos el resultado es gradual, dependiendo del número de sesiones, del área tratada y del grado de laxitud de la piel.
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La celulitis se trata de que la piel se muestre voluminosa de forma irregular y con pequeñas depresiones (lo que se conoce como "piel de naranja") generalmente en la parte lateral de los muslos o las nalgas. Suele aparecer en la mayoría de las mujeres en periodos de cambios hormonales como la pubertad o un embarazo.

Según la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV), entre un 85 y un 98 por ciento de las mujeres tiene celulitis en algún momento a partir de su adolescencia. Suele afectar en mayor medida a la raza blanca que en el resto, y en muy raras ocasiones también afecta a los hombres.

La celulitis se forma por una sobreproducción hormonal que hace que las células adiposas dejen de funcionar. Al no poder realizar su función de drenaje correctamente, estas células se inflaman, aumentan de tamaño y se vuelven rígidas, lo que interfiere con la circulación de líquidos. Todo esto provoca la piel de naranja y la rigidez de esta zona de la piel afectada.

Las causas que pueden producir esta sobreproducción hormonal son los cambios hormonales naturales a la mujer, como la pubertad o un embarazo, o la toma de alguna hormona artificial como los estrógenos. Llevar una vida sedentaria ayuda a que sea más visible.

Los hàbist de vida saludables como hacer ejercicio y una alimentación adecuada ayudan a mejorar los efectos.
El drenaje linfático es una terapia que activa el sistema linfático, el cual recorre de forma paralela el sistema circulatorio y que tiene como función principal la eliminación de toxinas y de productos de desecho.

El sistema linfático se considera parte del sistema circulatorio y es uno de los componentes principales del sistema inmunitario del cuerpo. Está formado por una red de órganos, ganglios, conductos y vasos por los que circula la linfa, un líquido transparente y blanquecino que transporta algunos nutrientes, especialmente grasas, y distribuye los glóbulos blancos por el organismo. Este líquido va desde los tejidos hasta el torrente sanguíneo. Este sistema funciona como un filtro de depuración excelente que atrapa bacterias y residuos del organismo y, además, ejerce un papel fundamental en la nutrición de los tejidos.
El tejido adiposo o tejido graso es lo que llamamos grasa corporal. Está compuesto por unas células llamadas adipocitos que almacenan la energía en forma de grasa.

Son escasas las zonas del cuerpo sin grasa. Al margen de las razones puramente estéticas, resulta frecuente acumular más tejido adiposo del preciso en la denominada faja abdominal, así como en las piernas. Por este motivo, en la actualidad hay muchas personas que, preocupadas por su imagen acuden a tratamientos con el fin de obtener resultados satisfactorios.

Las arrugas son el resultado del proceso normal del envejecimiento del tejido cutáneo, y de la gesticulación repetida. Por eso no todas las arrugas de la cara son iguales: unas se forman por los movimientos repetitivos de la musculatura facial, llamadas arrugas de expresión, y otros se generan con el paso del tiempo en modificar la red del tejido cutáneo.

Arrugas de expresión:
En todo momento nos expresamos haciendo movimientos que provocan la contracción y relajación de las células de la dermis y los fibroblastos. Con la repetición de estos movimientos faciales, la piel pierde la capacidad de volver a su estado original, es decir, los fibroblastos ya no se relajan, por lo que el tejido cutáneo queda contraído, formándose la arruga de expresión permanente.

Estas arrugas se empiezan a notar a partir de los 30 años y con el paso del tiempo se hacen más profundas y visibles. Las zonas donde hay más arrugas de este tipo son: frente, alrededor de los ojos ( "patas de gallo"), alrededor de la nariz y sobre el labio superior ( "código de barras").

Arrugas generadas por el paso del tiempo:
- Arruga de trama - en una piel joven el estrato córneo está formado por una trama de líneas que se cruzan de manera ordenada, creando formas romboidales. Con los años se pierde este entramado, y se desordena, por lo que se forman las arrugas.
- Arrugas de laxitud - con la edad la piel pierde turgencia, y se forman pliegues por relajación musculocutáneo.
- Arrugas de posición - con el envejecimiento, las fibras de colágeno y elastina se
degeneran, por lo que los pliegues del tejido cutáneo no tienen capacidad de volver a su estado original.
El colágeno es una molécula proteica que forma fibras, las fibras colágenas, que están presentes en cantidad variable en casi todos los tipos de tejido conjuntivo. Las fibras de colágeno son unas estructuras que proporcionan resistencia a la tensión y flexibilidad a los tejidos.

Se trata de una proteína esencial que está presente en todo nuestro cuerpo (un 30% de nuestro cuerpo está compuesto por esta sustancia), en músculos, tendones, huesos y piel.

Su función cutánea, es la de darle a la piel fuerza y estructura, además de ser su soporte interno. Es el responsable de que la piel se mantenga firme y elástica. Sin embargo con los años, no sólo generamos menos colágeno sino que además, es de peor calidad: más débil, más desorganizado, y provoca la flacidez de la piel.
La elastina es una proteína estructural que forma parte de la matriz celular, como la piel.

La elastina también tiene funciones estructurales como el colágeno, aunque a diferencia de éste, la elastina confiere elasticidad más que resistencia.

La elastina forma parte del tejido conjuntivo de la piel formando fibras (parecidas a una red elástica) y mantiene la piel firme y con buen aspecto. Aunque no es tan abundante como el colágeno, desempeña un papel determinante a la hora de mantener nuestra piel joven. Sin embargo, al igual que pasa con el colágeno, el paso del tiempo reduce su producción y calidad.