Artritis

La artritis es la inflamación de una o varias articulaciones, y se caracteriza por producir dolor, rigidez, hinchazón y dificultades para mover las articulaciones. Cuando en una persona la artritis afecta a más de cuatro articulaciones se dice que presenta una poliartritis.

Las artritis pueden manifestarse en personas de todas las edades, desde niños hasta adultos, aunque en general se da sobre todo entre las mujeres, y suele aparecer entre los 45 y los 55 años.

Algunos tipos de artritis pueden curarse pero muchos son crónicos y requieren tratamientos continuados.
La artritis reumatoide es la enfermedad más frecuente y afecta a una de cada doscientas personas. Como ya hemos dicho afecta sobre todo entre las mujeres, y suele aparecer entre los 45 y los 55 años.

La inflamación de una articulación puede ser debida a una enfermedad autoinmune, que es cuando nuestro propio sistema inmunitario ataca por error al tejido sano; a una enfermedad metabólica como la gota, a enfermedades generales como la psoriasi o a una infección en la articulación, generalmente por bacterias o virus.
La inflamación en la articulación se desencadena con el objetivo defensivo de aislar y destruir al agente nocivo, así como reparar el tejido dañado.
Hay que tener en cuenta que es diferente de la artrosis, ya que ésta se corresponde con un trastorno degenerativo de la articulación.

Los factores medioambientales, como la humedad y el clima, no desencadenan la artritis pero pueden contribuir a que se note más el dolor en las articulaciones dañadas.

En general las terapias de medicina regenerativa, son la una buena opción para tratarlas antes de aplicar tratamientos más agresivos. Estos tratamientos aplican los principios de la generación de sustitutos biológicos para mantener, restaurar o mejorar la función de órganos y tejidos en el cuerpo humano.
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La inflamación o edema es la forma de manifestarse de muchas enfermedades.

Es una respuesta del organismo ante cualquier agresión del medio, lesión o invasión de bacterias que sirve para dirigir ciertos mecanismos de defensa hacia el punto en el que se localiza el malestar. Mediante este fenómeno aumenta el aporte de sangre que permite que los glóbulos blancos traspasen los vasos sanguíneos y se dirijan a la zona afectada con más facilidad para destruir posibles microorganismos invasores.

La respuesta inflamatoria surge con el fin defensivo de aislar y destruir al agente nocivo, así como reparar el tejido dañado.
La poliartritis es uno de los cuadros clínicos más importantes en reumatología, ya que se puede presentar en la mayoría de enfermedades reumáticas inflamatorias de una articulación y se caracteriza por la presencia de dolor, limitación de movimientos, hinchazón de las articulaciones y calor local.
En biología, un virus (del latín virus, «toxina» o «veneno») es un agente infeccioso microscópico que sólo puede multiplicarse dentro de las células de otros organismos.

Los virus infectan todos los tipos de organismos, desde animales y plantas, hasta bacterias y arqueas. Los virus son demasiado pequeños para poder ser observados con la ayuda de un microscopio óptico, por lo que se dice que son submicroscópicos; aunque existen excepciones entre los Virus nucleocitoplasmáticos de ADN de gran tamaño, tales como el Megavirus chilensis, el cual se logra ver a traves de microscopía óptica.
Son organismos de dimensiones microscópicas (algunas especies requieren grandes aumentos para poder ser observadas) que están muy difundidos por todo tipo de medios naturales, incluso los más extremos, como las fuentes termales, los lagos salados y los ambientes sin nada de oxígeno . Son unicelulares que clásicamente pertenece al reino Monera. Es el reino más primitivo de todos, y agrupa a las formas de vida más sencillas: los procariotas. Su nombre proviene de las palabras griegas pro (antes) y karyos (núcleo), es decir, "antes del núcleo", referente a la falta de membrana nuclear, principal diferencia con los organismos eucariotas.

Su estudio constituye, hoy día, una rama independiente de la biología, la bacteriología, de gran interés industrial y médico.
En algunos tipos de artritis, como la artritis reumatoide, el sistema inmunológico confunde los tejidos propios del cuerpo con tejidos extraños y responde con la inflamación. La inflamación no se puede controlar, lo que trae como consecuencia un mayor daño de los tejidos.

La artritis reumatoide es un trastorno inflamatorio crónico que puede afectar no sólo a las articulaciones sino a otras partes del cuerpo como la piel, los ojos, los pulmones, el corazón y los vasos sanguíneos. Este daño es causado por la inflamación asociada a la artritis reumatoide. Se trata de un trastorno autoinmunitario.

A diferencia del daño por desgaste de la osteoartritis, la artritis reumatoide afecta al revestimiento de las articulaciones y causa una hinchazón dolorosa que puede finalmente causar la erosión ósea y la deformidad de las articulaciones.

Sin el tratamiento adecuado, esto puede resultar en un ciclo destructivo de inflamación y daño. El daño causado por la inflamación puede cambiar los huesos y otros tejidos de las articulaciones en afectar la forma de los mismos y ocasionar dolor y dificultad al hacer movimientos.